“En primer lugar,
si quieres saber la virtud del hombre,
es fácil decir que consiste en ser capaz
de manejar los asuntos del Estado, y manejándolos,
hacer bien por un lado a los amigos, y mal, por el otro,
a los enemigos [...]. Si quieres, en cambio, la
virtud de la mujer, no es difícil responder
que es necesario que ésta
administre bien la casa,
conservando lo que
está en su interior
y siendo obediente
al marido”
(Platón, Menón, 71e. )
No resulta difícil, inferir, a
partir de esta cita de Platón, la fuerte escisión
imperante desde tiempos ya muy lejanos (el Menón fue escrito
entre los años 386 y 382 a.C) entre los roles que el hombre
y la mujer deben jugar dentro del entramado social. Han pasado
varios siglos desde aquel entonces y, en especial durante la segunda
mitad del siglo XX, las mujeres han luchado por recuperar su status
como seres políticos y liberarse de las exclusiones que
un proyecto occidental falocentrista ha reservado para ellas.
Desde Platón hasta Mafalda, la figura de lo femenino y
el rol que, desde el género, se convierte en un paradigma
de conducta es más que evidente y, a pesar de los grandes
esfuerzos y de las nuevas búsquedas, los escenarios de
lo público parecen poco a poco vivir una suerte de involución
que es digna de ser traída a colación.
Desde el primero de mayo de 2005 TV Cable,
empresa que se caracteriza, entre muchas otras cosas, por su precariedad,
estrenó un nuevo canal: FX Lo que el hombre ve!
Resulta muy interesante detenerse sobre este nuevo canal y preguntarse
qué tipo de perfil del hombre de hoy está siendo
construido mediáticamente por la industria cultural. Cuando
se habla de un canal para hombres inmediatamente se piensa desde
el género y se hace la inversión obvia: no es otra
cosa que el escenario perfecto para explotar la desnudez femenina
desde su perspectiva más objetual: fetichizar el cuerpo
y convertirlo en una suerte de trofeo que yace allí para
ser consumido por el hombre, aquel sujeto que en el caso de FX
está al otro lado de la pantalla.
Por supuesto, se podrá argüir que esta es una postura
radical, es más, se podría incluso llegar a afirmar
que se trata de una impostura. No pretendo aquí dar lecciones
de orden moral, pues no me interesa, lo que pretendo es mostrar
un punto que me parece lamentable en la construcción pública
de lo masculino. Veamos el testimonio de Juan Pablo Vélez:
“Nos gustaría ver mujeres
lindas e insinuantes, muchos especiales de carros y maquinas (sic)
poderosas (aviones, tanques, trenes, etc), videos musicales, en
fin, los hombres nunca dejamos de ser unos niños o adolescentes,
solo nos cambia el tamaño de los juguetes.”
La idea de reducir al hombre al status
de contemplador embelesado de mujeres y consumidor de tecnología
bélica es una postura bastante reduccionista de lo que
significa lo masculino. Mientras se siga pensando que a eso debe
limitarse un canal cuyo público son los hombres, creo que
no podremos abandonar la precariedad, tan presente en los más
comunes lugares de nuestra cotidianidad.
El diario El Tiempo del día 3 de
mayo de 2005 (1),
dedica una columna a este nuevo canal. Allí pueden leerse
cosas como esta:
"El hecho de que haya canales para animales y ninguno para
hombres nos convenció de que debíamos hacer algo
al respecto". Esta fue una de las 'reflexiones' que llevaron
a las directivas de Fox Latin American Group para crear un canal
solo para hombres.
Lo primero que valdría la pena preguntarse es por el hecho
mismo de que existan canales para animales. En mi opinión
el target de cualquier canal son los seres humanos. Ahora bien,
si aplicamos al razonamiento del directivo de Fox el principio
de caridad (2) y
suponemos que no está pensado en aumentar su target por
medio de la captura de nuevos públicos en los zoológicos,
se hace manifiesto el que es el verdadero problema aquí:
la noción de hombre.
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Cuando
el directivo de Fox habla, parece estar haciendo referencia a un
hecho que es palmario: la televisión por suscripción
tiende, cada vez más hacia la especialización de los
contenidos, esto último, consecuencia de la igualmente palmaria
fragmentación de las audiencias. De allí que los contenidos
que se encuentran en el menú que ofrece una empresa como
TV Cable vayan desde EWTN hasta MTV pasando por Sony, WBTV y, por
supuesto, FX.
Lo que resulta preocupante
es que al buscar esa facción de la audiencia que había
sido “olvidada” se proponga un canal pululante de lugares
comunes y sin la más mínima apuesta por la estética
y la calidad de sus contenidos. Más allá de algunas
series clásicas que llenan la mañana, el prime time
de FX se compone de películas cuya calidad es de tercer nivel
y de una serie de programas de contenido erótico que hacen
de los filmes de Emanuelle (sí, los que se transmiten por
The Flim Zone) algo parecido a una obra de Jean-Luc Godard.
Todavía, lo que el
hombre ve, parece ser algo tan precario como lo que FX muestra,
en efecto, se lee en El Tiempo (en la edición ya citada):
“¿Pero qué
es lo que ellos quieren ver? Según las investigaciones del
canal internacional, esta es la gama: deportes, noticias y entretenimiento.
Y para satisfacer la última, Fox concluyó que el canal
debe tener mucho de mujeres, carros, películas de acción,
especiales, terror y comedia.”
Si suponemos que esto es
lo que el hombre ve, resulta evidente que cualquier atisbo de programación
cultural quedaría por fuera de la grilla de FX: por supuesto,
la cultura aburre y lo que aburre debe ser desterrado del selecto
paquete de entretenimiento que se ha preparado cuidadosamente para
el hombre de principio del siglo XXI. Un hombre que, como José
Ignacio Rojas, sostiene lo siguiente:
“Debería ser
tipo Soho y con muchas mujeres hermosas sin ropa. Después
de las 10:00 p.m., películas para adultos.”
Posiblemente a lo que nos
enfrentamos aquí es a una apuesta por lo obvio, lo evidente
y por los lugares comunes que parecen trascender el ámbito
de la producción e instalarse en el de la recepción.
De un lado, productores que no toman riesgos y van a la fija, en
detrimento de cualquier calidad y de cualquier estética audiovisual,
que queda eclipsada por las voluptuosidades nocturnas y el ruido
de las máquinas vespertinas. De otro lado, el público
parece estar acostumbrado a esto y cuando se habló de un
canal sólo para hombres inmediatamente se pensó en
cuán explícito sería el sexo y qué tanto
se podría ver. Finalmente hemos llegado a la implosión
y a la involución totales: el hombre no imagina, exige visibilidad
total, es una especie de macaco pornógrafo que sólo
busca consumir lo que refuerza su poder fálico. Posiblemente
estos escenarios de lo masculino robustezcan la autoestima.
“¿Quién tiene el pene más grande?”
pregunta una inquietante voz en off en uno de los promos de FX.
La respuesta “Tú. Fx: Lo que el hombre ve!”.
Sin duda muy interesante y constructivo.
Sin embargo, y como
lo explica Eblén Jalil, gerente general para la región
andina de Fox: el canal “se estrenó hace 16 meses en
Inglaterra, luego en Estados Unidos y, en enero, en Brasil. "Fue
tanta la acogida, que adelantamos el lanzamiento para el resto de
América Latina"
(3). El éxito del canal está
garantizado.
(1) Puede consultarse una
versión en línea en:
http://eltiempo.terra.com.co/tele/noticias/ARTICULO-WEB-_NOTA_INTERIOR-2057121.html
.
(2) Principio introducido
por el filósofo del lenguaje Donald Davidson que podría
sintetizarse en el buscar la mejor interpretación posible,
no la peor.
(3) En Colombia ya se puede ver por algunos
cableoperadores como TV Cable, EPM, Cableunión de Occidente,
Supercable y Superview. Jalil afirma que lo más seguro es
que el 90 por ciento de los suscriptores terminen recibiendo esta
señal.
*Sergio
Roncallo Dow es filósofo, músico y escritor. Entre
sus innumerables aportes a la cultura se encuentran Pollito Chicken,
reconocida banda bogotana, Los Gemelos Fantásticos y, más
recientemente, Los Pusilánimes y los Hermanos precarios.
Por si esto fuera poco Sergio es colaborador ad honorem de La Silla
Eléctrica como productor musical, locutor y escritor.
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