Inicio El programa Secciones Realizadores Preguntenos Escríbanos
99.1
.

Crónica de una generación trágica
(Cápitulo II)
1991
Manuel Carreño

Me eché medio tarro de gel en la cabeza y salí del baño, me sentía muy orgulloso de mi peinado “lambido de vaca”; la verdad es que en ese momento todo en mi vida me hacía creerme que yo era lo máximo. Con ese aire de superioridad salí de mi casa, casi sin despedirme, cogí un taxi y me fui directo a la 82.

Mi primera parada fue como siempre Frozen, en donde me compré el popular “Avion”. Me lo tomaba rápido, con total convencimiento de ser mejor que los demás por hacerlo. Ahí en Frozen me encontré a mis amigos. El que vivía en Niza ya casi no andaba con nosotros, ya que se había convertido al metal, andaba con camisetas de Slayer y Anthrax y se juntaba con los metaleros de Niza. Yo personalmente, después de la debacle del rock en español si alcancé a caer en el final de la ola hardrockera, oía Poison y Bon Jovi, me puse chaquetas de cuero, y pañoletas en la cabeza, y quería ser igual a Johnny Depp en 21 jumpstreet pero hasta ahí; sin embargo en Niza la corriente metalera era fuerte, y terminó arrastrando a nuestro amigo. Mi otro amigo, el del mechón, seguía siendo el más pinta y cuidándose mucho el pelo pero ya no usaba mechón (¡uy no que tal!!). Ahora tenía el pelo más o menos largo, como en los cachetes, y todo el día se lo echaba para atrás con las 2 manos lo cual parecía ser el sex –appeal ya que era el que más levantaba de todos nosotros.

Y es que en esa época lo único que interesaba era levantar no importa que hubiera que hacer. Las fiestas(que en esa época abundaban, uno podía conseguir dos o tres fiestas por fin de semana) eran una excusa para levantar y las niñas no eran más que blancos a conquistar en una sola noche, porque además no había tiempo de grandes y largas conquistas, en seis o siete horas había que lograr un beso de la niña, cualquier otra cosa era un premio extra, pero en ese momento básicamente lo que se buscaba era la popular “rumbeada”. Existían distintos mecanismos para lograr el objetivo, pero sin duda todos hacían alusión a lo estético. Era por esa razón que el House, (aquella música que tenia su origen en Europa, y que sacaba su nombre precisamente de la posibilidad de hacerla desde una casa cualquiera si se tenia un computador apropiado para hacerla) tenia tanta acogida entre nosotros, aunque había algunos a los cuales de verdad les gustaba la música, lo cierto es que el ser un buen “housedancer” daba muchos puntos entre el personal femenino de la época.

Era precisamente por eso, por su gran éxito entre las niñas que el House era sagrado en cualquier fiesta de la época, era casi un ritual de apareamiento cuando arrancaba la tanda “housera” y tanto niños como niñas hacían una inmensa doble fila de 10 o 15 personas para mover divertidamente las manos hacia el frente (como tratando de atrapar algo) y cruzar en zig-zag las rodillas al compás de canciones de Black Box, Technotronic, o Snap.

Pero algunos no éramos grandes bailarines de House y teníamos que buscar otros métodos para levantar. Fue entonces cuando a principios del año se nos ocurrió armar una miniteca. Y así los fines de semana nos gastábamos la plata que nuestros papás nos daban (que era mucha) y la usábamos para comprar strobers, luces de colores, bolas blancas, y manguera intermitentes. Así nació "The Jungle Minteca”, el nombre, obviamente, en una especie de contradicción, salía de nuestro gusto por Guns n’ Roses, o sea una miniteca housera sacaba su nombre de un grupo hardrockero. Pero eran errores que la época permitía.

Sin embargo el nombre The Jungle jamás nos terminó de llenar por lo que se lo cambiamos a Splash Miniteca, inspirados en la famosa discoteca que quedaba en la 116. Ante la poca acogida que tuvo en el personal femenino, decidimos cambiar una vez mas el nombre y basarnos en el ala radical del House el Acid House del cual yo tenia un par de cassettes, y ponerle el nombre Acid Miniteca. Así, la noche en cuestión Acid Miniteca” daría, sin saberlo, su úlltima fiesta para la juventud bogotana.

Me tomé el Avion y le pregunté a mi amigo el pinta:
- ¿Y las cosas de la mini?
- Ya las llevo Nacho, mas bien apúrele, demos una vuelta a ver quien esta en Kaoba y vámonos que quedamos de estar allá alas ocho.
- Listo.
De Frozen a Kaoba había dos cuadras. En ese recorrido nos encontramos unas veinte personas, y es que saludar era un importante ritual que casi daba puntos, en la carrera por tener status. Todos parecíamos uniformados: chaquetas Náutica, camisas Tommy de muchos colores y pantalones color mostaza. Era un espectáculo multicolor, en una 82 llena de gente que vivía su cuarto de hora.

Después de la saludada de rigor nos fuimos a la fiesta con dos Aviones encima. Antes de llegar paramos en una licorera donde compramos cervezas Budweiser cigarrillos Dunhill mentolados, y cajas de dulces gringos para regalar a las niñas.- es que esta vaina que hizo Gaviria es una berraquera, ahora uno puede conseguir las Budweiser en cualquier sitio, o, por ejemplo, ayer pase por un semáforo y conseguí Snickers, Snickers ¡en un semáforo!- dijo uno de mis amigos emocionado como todos los de mi generación por las nuevas políticas aperturistas del momento.

Era en una fiesta en un salón comunal por Unicentro y cuando llegamos Nacho tenía casi todo listo, menos la bola de colores ya que al tratar de ponerla había dejado sin luz a medio conjunto.

- Nacho hermano, otra vez?
- No me joda que ya casi tengo el problema solucionado
- Apúrele que ya debe estar por llegar la gente .
- Además hoy toca lucirnos porque vienen Los Mempiros*

Las niñas que iban llegando nos preguntaban “ustedes son los de la discoteca?" y uno en ese insoportable tono que se manejaba para todo, decía que sí; eso nos ayudaba para lo que vendría más adelante en la noche. Todos estábamos preparándonos para ver a nuestras víctimas: analizábamos, mirábamos antecedentes, criticábamos y hasta apostábamos, mejor dicho: hablábamos de lo mismo que durante toda la semana ya que era el único tema que interesaba

Yo era el encargado de la música , así que mientras ponía alguna canción de 2 Unlimited esperaba que alguna niña me viniera a pedir alguna canción de C+C Music Factory y entonces empezaba el ritual de todos los fines de semana. Pero esa noche no iba a ser igual. Acaba de poner una canción en la grabadora de cds que teníamos como equipo cuando la vi entrar. Siempre he tenido buena memoria y difícilmente olvido una cara, menos esa. Por alguna extraña razón tres años después ese encuentro instantáneo en aquella fiesta no se había desvanecido como cualquier capricho, y de pronto ¡zaz¡ Carolina entraba por la puerta. Me quedé mirándola a los ojos esperando ingenuamente que hubiera algún contacto visual que permitiera a la niña reconocerme y saludarme. Sobra decir que eso jamás paso...

- Ella llego con los demás Mempiros, uno de ellos le aplicó un tremendo beso en la entrada, y le pude leer los labios cuando le dijo “ te amo”. A pesar de haberla visto cinco minutos en mi vida ese cuadro me dio más duro de lo que yo pensaba. Estaba claro que era muy complicado acercarme a ella, así que seguí poniendo música, sin quitarle de encima la vista a ella quien obviamente ya no tenía su mechón Alf, ni su saco Benetton; ahora tenía un body azul con el que se veía aun mejor, se le notaba a leguas que los tres años le habían sentado para bien. Entonces los Mempiros se hicieron en la mitad de el salón y empezaron a bailar. Ella emocionada ayudaba a hacerle barra a su novio, un rato después el novio le dijo algo al oído. Acto seguido ella vino hacia la cabina del discjockey y me dijo: “Oye tienes algo de Black Box, es que me la pidieron allá.”
- Sí, ya lo pongo - le dije.
- Gracias- me contestó dándose la vuelta.
Entonces entendí que era ahora nunca algo tenia que decirle y entonces todo volvió a empezar:
- ¿Y a ti te gusta Black Box?
- La verdad yo odio el House, pero a mi novio le gusta y pues bueno.. ahí lo oigo por él –me contestó sin muchas ganas.
- ¿ Entonces que te gusta?- le pregunté decidido y nervioso.
- Eee no se.... el rock- me contestó totalmente consciente de que yo le trataba de armar charla- pero como a mi novio no le gusta tanto entonces no he vuelto a oír.
Capté entonces que las reiteradas alusiones al novio además de ser producto de la gran idolatría que ella le profesaba, también eran una forma de decirme que ella tenia novio, que no estaba disponible y que no la jodiera mas. Pero entonces yo decidí quemar todos mis cartuchos ya que no tenía nada que perder.

- Yo a ti te conocí hace un par de años en una fiesta en Niza, llegaste ahí con tu hermano...
- ¿Tú conoces a mi hermano?- me dijo en un tono tenso- Le toco irse de Bogota hace como dos años porque aquí ya lo tenían muy amenazado, de hecho le hicieron un graffiti donde le decían que lo iban a matar... claro que él de macho se ponía a fumar al frente del graffiti- dijo y se rió. Entonces por fin se relajó.
- Oye, a mí tampoco me gusta el House- le dije buscando afinidad
- ¿ Entonces por qué tienes esta miniteca?
Me cogió tan fuera de base que solo pude atinar a reírme.
- ¿Para levantar verdad? Ustedes los hombres todos son igualitos, mi novio también hace todos esos bailes para tener a todas las niñas locas por él y el cree que no nos damos cuenta. Pero no me importa, él es lindo. Oye ... ¿Te gusta la política?
- Pues no mucho ¿Porqué?
- Es que estamos metidos con mi novio haciéndole campaña para el senado a Andrés Pastrana, si quieres ir el otro fin de semana, te esperamos, es súper chévere, siempre hay fiestas y grupos de rock, es que él es el candidato de los jóvenes.
- Bueno de pronto paso por ahí... le dije emocionado.
Pero entonces en ese momento, buscando descrestarla, cometí un error garrafal, para tirármelas de romántico decidí arrancar la tanda de merengue. Empecé con De tu Boca de Juan Luis Guerra, el artista que lograba derretir cualquier niña, desafortunadamente, ella no fue la excepción:
- ¡ Ayy divino! esa es la canción de Andy y mía, ahora hablamos voy a ir bailarla con él.
Y se fue a idolatrar otro rato a su novio, entonces yo duré una hora mirando la forma de hablarle de nuevo incluso le dije a Nacho que se encargara de la música mientras yo echaba paso un ratito.
Pero la situación se empezó a poner tensa, uno de los Mempiros le tenía ganas a otro man que había ido a la fiesta por la novia del primero, entonces después de un rato, la cosa se puso ruda hasta que vino la consabida pelea afuera que más que una riña era una serie de empujaderas entre los dos protagonistas mientras que la niña en cuestión lloraba como histérica y hacia un show para hacerse notar pero en el fondo disfrutaba que se dieran en la jeta por ella, hasta que pegaba un grito de altos decibeles: ¡Andrés no más¡. Entonces la pelea se calmaba, cada quien se iba para un lado. Los amigos lo abrazaban, lo convencían que dejara la cosa así, y todos pa’ su casa, siendo los mejores amigos lo cual demostraba lo bullosos pero lo cobardes que somos los bogotanos.
A pesar de que no paso nada, los Mempiros y sus novias se fueron después de eso... así que una vez más mi niña misteriosa desaparecía...... una vez mas. Yo fui a lo de Andrés Pastrana pero no la vi allá, la época housera empezó a acabarse, no supe más de los Mempiros y mi amigo Nacho se robó las luces y se fue a vivir a Sasaima, así que la miniteca murió. Esta niña no dio señales de vida por un tiempo, sin embargo yo era un man tan imbécil en esa época que ni eso me importó...

*Los Mempiros fueron una especie de grupo que apareció en esos años los cuales eran famosos por tener en sus filas grandes bailarines de house, de hecho dos de ellos bailaban en las fiestas de prom que hacia “The Best Megafiestas” era el combo mas famoso de bogota en el año 91 y hacer parte de los Mempiros era un privilegio que no muchos tenían. Regresar.

[<< Atrás] - [Adelante>>]

*Manuel Francisco Carreño es el verdadero nombre de Brando Maya, gestor de innumerables y fallidos proyectos individuales y en colectivo, entre los que se cuentan El Utensilio, Morgan Records, Paréntesis, Poliarquía F.C. y Situación Crónica. Hoy es codirector del espectáculo radial La Silla Eléctrica.

 

 
‹‹ Inicio ›› ‹‹ Artículos›› ‹‹ Audio ›› ‹‹ El programa ››
‹‹ Escríbanos ›› ‹‹Pregúntenos ›› ‹‹ Realizadores ›› ‹‹ Secciones ››
La Silla Eléctrica es un desaparecido programa de la Radio Nacional de Colombia en su frecuencia Radiónica. Ahora es una especie de portal o algo parecido a eso.
www.quimbaya.com  
 
La Silla Eléctrica