Justo
cuando se cumplían 10 años exactos de la primera
vez que la vi, me volví a encontrar a Carolina. Pero esa
fue la última vez que me la topé infructuosamente...
Los
mejores momentos de mi vida, ya habían pasado, eran tiempos
difíciles, para mí y para el país, la bonanza
económica que viví durante toda mi infancia había
desaparecido, pero no era un problema de mi familia, todos mis
amigos pasaban por la misma situación. Y es que durante
varios años crecimos convencidos que este era un paraíso,
pero cuando la plata de los mafiosos se fue, todos volvimos a
la misma realidad. Quedé afuera de la universidad un semestre
justo en la crisis, ya no estaba con mi novia, me había
vuelto irascible y amargado, ya ni siquiera tenía crisis
existenciales, en donde me preguntaba todo acerca de mi vida,
ya simplemente todo me importaba un culo. Me había llegado
la famosa “crisis de los 20” y de alguna manera empezaba
a entender que esa adolescencia rodeada de mucha rumba y pocas
responsabilidades, estaba empezando a acabarse. Un poco tarde,
la vida me estaba dando la bienvenida.
La
rumba en Bogota había cambiado. Un año antes el
alcalde de Bogotá, había decidido cerrar los bares
a la 1:00 de la mañana según el porque la gente
así se iría a dormir temprano y evitaria muertes
y peligros. Esta medida solo generó dos cosas: por un lado
el quiebre de una cantidad de establecimientos, y por otro una
nueva concepción de la rumba, que cambió para siempre
en Bogotá. Está demostrado que lo prohibido siempre
llamará más la atención en el joven por el
hecho de serlo, por lo cual el aire de clandestinidad que empezó
a dar la rumba después de las 12: am lejos de mandar a
la gente a dormir, los emocionó. Entonces ahí nació
una nueva rumba, importada de las discotecas europeas: el “after
party” una fiesta que combinaba sitios oscuros, música
“trance”, drag queens, trajes sintéticos muy
de la moda, peinados extraños de varios colores, gente
“ensimismada” en la música, que parecen zombis,
y sobre todo, muchas drogas sintéticas.
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Además
los protagonistas de esta rumba ya no eran los de mi generación,
para ese momento mientras mis amigos y yo ya teníamos 20
y 21 años, aparecían nuevos jóvenes que aunque
sólo tenían cuatro años menos que nosotros
habían tenido un proceso muy distinto al nuestro. No habían
oído rock en español, tuvieron Internet desde chiquitos
y se volvieron adolescentes con la cultura MTV.
Nunca
fui amigo de la cultura de “after” sin embargo fui un
par de veces. Una de esas fue a un edificio del centro que realizaba
una gran rumba con trance. Ahí estaba ella. Se había
cortado su hermoso pelo chuto para dejárselo muy chiquito,
teñido de rojo encendido, y con una hebilla que se lo sujetaba.
Usaba un esqueleto, una chaqueta sintética, una falda negra
unas medias de rayas a colores y unas sandalias. Tenia las uñas
pintadas de negro. Bailaba sola en un rincón del galpón.
No como en la época de la Florhisteria, donde bailaba rabiosamente
y derrochando energía, aquí se dejaba llevar por la
música moviendo sus manos. Como si estuviera hipnotizada
por ella. Mientras la observaba a lo lejos, y volvía a pensar
lo maravilloso que era el destino, pensé en irle a hablar.
Estaba totalmente sola por lo que creí que seria mi oportunidad,
pero en seguida pensé: ¿Oportunidad de que? ¿De
que me haga algún otro desplante? ¿De que otra vez
no quedemos en nada? ¿De que me vuelva a despreciar? ¿De
que se niegue a ver que somos el uno para el otro?. No, mejor no,
tenia bastantes problemas para que el eterno fantasma del pasado
volviera a mi vida a meterme uno más. Así que me alejé
de donde ella estaba, pensando más bien que el destino no
era maravilloso, sino que le gustaba ponerme a esta niña
al lado solo para joderme la vida. Convencido de que tenía
que dejarla atrás le di la espalda estando seguro que sería
la última vez que la vería. Mientras tanto el “trance”
seguía sonando y el “after” seguía su
rumbo.
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*Manuel
Francisco Carreño es el verdadero nombre de Brando Maya,
gestor de innumerables y fallidos proyectos individuales y en colectivo,
entre los que se cuentan El Utensilio, Morgan Records, Paréntesis,
Poliarquía F.C. y Situación Crónica. Hoy es
codirector del espectáculo radial La Silla Eléctrica.
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