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La
relación de expresiones y vocablos a continuación
definidos surge de mi hondo descontento con el empobrecimiento
del que nuestra lengua castellana ha sido objeto, en particular
a partir de la década de los noventa.
Habrá
quienes con razón cuestionen el anterior postulado en tanto
no es del todo legítimo referirse al lenguaje en términos
maniqueos de riqueza o pobreza.
La expresión "noventerismos",
por demás está decirlo, cubre un período
mucho mayor al comprendido por el lapso correspondiente a la estricta
delimitación que el término presupone. Sus inicios
se rastrean (a mi juicio) hacia finales de los ochenta y su culminación,
a su vez, se ubica a principios del siglo XXI.
Es más que evidente que, al consultarlo, el inventario
podrá contener vocablos desde la óptica del lector
harto previos o posteriores a la década tratada en esta
incierta investigación.
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Los
años demostrarán que muy pocas palabras de entre las
que hacen parte de este fortuito listado sobrevivirán al
paso del tiempo, mientras la mayoría pasará a ser
reemplazada por otras aún peores y de mayor fugacidad.
La iniciativa obedece más
a una necesidad testimonial que a una vocación neologística.
Con muy pocas excepciones, la mayoría de los términos
han sido acompañados por ejemplos acerca del uso (e imperdonable
abuso) de los mismos. La labor, como es lógico, no ha terminado.
El glosario, por lo pronto será "a sabiendas" incompleto.
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*Andrés
Ospina es codirector y cofundador de La Silla Eléctrica.
La cerveza, The Beatles y Bogotá se encuentran entre sus
mayores intereses.
(2)Contribución
de Patricia Salamanca.
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